Buscando conocer mas sobre las mujeres que abrieron camino, mujeres que dejaron huella, me encontré esta información compartida por Concha de la Casa a raíz de la entrega del XI PREMIO MARIONA MASGRAU. entregado el 22 de Noviembre, 2012. Pina fue titiritera, vestuarista, actriz, dramaturga y promotora cultural, además de madre de 8 hijos. Nacida en 1917 le tocó vivir años de extrema pobreza posteriores a la guerra pero en sus 97 años de vida tuvo importantes reconocimientos internacionales
Pina nació en 1917 en Bonate Sopra, localidad italiana de la provincia de Bérgamo, región Lombarda al norte de Italia. Sus padres fueron comerciantes y panaderos. En 1938 se casa con Benedetto Ravasio, hijo de panaderos pero que se dedicaba a ser titiritero.
Después de la guerra, en medio de la pobreza y ya con cuatro hijos, Pina decide dedicarse también al arte de los títeres para los cuales hacía vestuarios desde antes pero ahora escribiendo y participando en las puestas en escena y actuación, dándole vida y voz a personajes femeninos. Viajan en moto, su único medio de transporte, por los distintos pueblos de la provincia para presentar sus funciones. Los hijos siguieron llegando pero Pina continúa con su labor artística. Con el tiempo empiezan a llegar los reconocimientos. La compañía es contratada por el Círculo del “Piccoli” de Milán para representar sus espectáculos y el éxito obtenido entre espectadores populares y del “teatro culto” se prolonga por seis años.
Dice el texto publicado por Concha de la Casa: “Después de esta experiencia. La carrera profesional de “Pina” y Benedetto se extiende hacia ámbitos puramente teatrales representando sus propias comedias en los teatros más prestigiosos de Milán como el Ciak, el Verdi o el Piccolo de la Scala. El éxito demostrado en el teatro milanés les abre las puertas de la experiencia televisiva llevándolos a representar en la RAI de Turín.”
A esta experiencia le siguieron presentarse en la Plaza de San Marco y otros lugares durante el Carnaval de Venecia con “La verdadera historia de Arlequín” donde mezclan experiencias artísticas diferentes: teatro de animación y actuación.
En 1990 Pina queda viuda pero continúa como actriz y titiritera con la compañía de Teatro Prova.
Para 1993, ayudada por sus hijos, crea y preside la “Fundación Benedetto Ravasio”, si, así es, con el nombre de su marido, para poner a su disposición de todos la experiencia de la compañía a través de la formación, exposiciones, convenios y festivales, lo que la lleva a obtener premios y honores por su dedicaci´n al teatro de títeres a nivel internacional. 22 años siguió trabajando por su cuenta con esta fundación y recibiendo honores: y aquí copio y pego todo lo que aparece en la página títeres en femenino http://www.titeresenfemenino.com/2012/07/giuseppina-cazzaniga/
En 1996, recibe el premio nacional “Campogliani d’oro” por haber contribuido de manera significativa al desarrollo del teatro de títeres que de simple prefesión pasa a ser considerado ya como “arte”.
En 1998, tiene en sus manos el premio nacional “Sirena d’oro” en el Festival teatral de Cervia “Arrivano dal Mare” por haber contribuído en el Teatro de Títeres no solo ayudante sino como artista protagonista.
En 2007, la ciudad de Bergamo le otorga la Medalla de Oro por haber consolidado la figura de Bergamo como ciudad símbolo del teatro de figura y de animación. También en este año, su municipio natal, Bonate Sopra, festeja su 90º cumpleaños, y le hace entrega de una placa donde se evidencia la importancia de su actividad en el campo cultural a través del Arte y Teatro de Títeres.
El 8 de marzo de 2011, por primera vez en la historia, el Presidente de la Repùblica Italiana Rinde homenaje a las mujeres que han dedicado su vida al Arte del Teatro de Figura. Giuseppina Cazzaniga se encuentra junto a otras como Gigliola Sarzi, Italia Chiesa Napoli y Maria Imperatrice. Ese mismo año recibe el Premio Internacional Mariona Masgrau que otorga el Centro de Documentación de Títeres de Bilbao.
Pina fallece en el 2015 a los 97 años de edad, en Bonate sopro, lugar donde nació. Junto a su marido y después por su cuenta durante mas de 20 años, trabajó muy duro para conservar la tradición de los títeres de Bergamo, con sus personajes Gioppino, Arlequino y Brighella
Toni Rumbau, investigador español, relata que tuvo la oportunidad de conocer a Pina cuando esta ya tenía 97 años “que con tremenda ilusión me fue enseñando a sus queridas criaturas, los títeres, unos segundos hijos para ella. Fue un despliegue de títeres de talla de madera y de un peso más que considerable, que la señora Pina levantaba de vez en cuando con el brazo en alto como si fueran de corcho. Pero lo más impresionante fue escucharla recitar largos fragmentos de algunas de las obras más importantes, como el Fornaretto de Venecia, o el famoso Pací Paciana, obras de alta densidad dramática, cuyas distintas voces se iban alternando con una dicción clara, fuerte y de altos vuelos teatrales. La intensidad y el fuego que vi en aquella señora de 97 años me hizo pensar en la fuerza de las tradiciones titiriteras de Bérgamo.”